¿Puede algo sucedido hace más de treinta años cambiar radicalmente la vida de un grupo de amigas? ¿En qué han quedado los sueños y esperanzas de unas chicas que en 1974 tenían diecisiete años?
«Al final de su vida, se ha dado cuenta de que los secretos destruyen; de que hay que iluminar los rincones para que no haya sombras; que en las sombras se ocultan los monstruos.»
Rita, regresa a su pueblo en Alicante después de muchos años de ausencia. Se dirige a casa de Lena, una de las amigas de entonces, pero la posibilidad de un feliz encuentro se ve truncada por una imagen horrible e inesperada: Rita encuentra a Lena muerta en el baño de su casa. Lo que empieza pareciendo un suicidio, se convierte después de algunas investigaciones, en un posible asesinato. Rita decide entonces reunir a las amigas de entonces para hablar de lo ocurrido. A partir de aquí, se iniciará el reencuentro de este grupo de amigas que hace 33 años que no se ven, después de que un terrible suceso las separara y marcara su vida para siempre. Porque el pasado siempre vuelve, siempre está oculto detrás de nosotros, pero a veces se nos muestra como un pliego más del presente.
Con una habilísima y muy personal mezcla de géneros, Las largas sombras va mucho más allá de la novela policiaca, del retrato de la España inmediatamente anterior a la Transición en una ciudad de provincias, de la narración de la nostalgia de sus protagonistas por una época en la que todo estaba por descubrir o de la crónica del desencanto que se ha ido instalando en sus vidas confrontconconfrontconación de los sueños con la realidad: Esta novela es una crónica astuta, desengañada y salvaje, narrada con inmediatez y frescura, y no exenta de humor, de una lucha por todo lo que vale la pena: el amor, la libertad, el respeto propio, la amistad, la esperanza.
¡Qué gran historia y, mejor aún, qué bien contada! Es maravillosa la forma en que la autora nos lleva por la trama en dos tiempos distintos y nos envuelve en una telaraña de sentimientos, de emociones y de hechos, cuando nos damos cuenta, estamos dentro, aceptando lo que parecía inaceptable, defendiendo lo que creíamos indefendible. ¡Felicidades Elia Barceló! Gran talento y agradezco su generosidad al compartirlo con sus lectores.