Para Samantha Gale, pasar el verano en la casa familiar de Martha’s Vineyard iba a suponer el momento perfecto para darle un nuevo impulso a su carrera como chef.
Pero sus planes se ven truncados cuando su padre le pide que vigile a Tyler, su hermanastro adolescente. El joven cerebrito está participando en un curso de robótica que se celebra en la biblioteca de la isla, y no hay sitio que Sam, que tiene dislexia, deteste más. Y por si eso fuera poco, el director interino de la biblioteca resulta ser el atractivo lector a quien accidentalmente arrojó su libro al mar mientras viajaban en ferry.
Bennett Reynolds se ha propuesto encontrar a su padre, cuya identidad desconoce. Ha aceptado un trabajo temporal en la isla para investigar acerca del verano que su madre pasó allí, cuando se quedó embarazada. Lo último que necesita ahora es una relación amorosa, pero desde el momento en que conoció a Sam, no puede dejar de pensar en ella.
Cuando Ben anima a Sam a escribir el libro de cocina con el que siempre había soñado, y ella se vuelca en ayudarlo a buscar a su padre, surgirá entre ellos una atracción irresistible, que no hará más que crecer mientras comparten la lectura de un libro y recorren la isla. Pero ¿podrá un amor de verano convertirse en un «felices para siempre»?
«¡Menuda delicia! Posee todos los elementos de una historia perfecta: una pequeña isla, una heroína luchadora pero vulnerable y un héroe friki que me ha robado el corazón por completo». Jennifer Probst, autora de Our Italian Summer
Este libro está lleno de muchas cosas, tuvimos un gran drama familiar, problemas entre hermanos, un padre que atraviesa una crisis de mediana edad, una madre que es tan cerrada que da miedo y luego agregamos dislexia a la mezcla. No sufro de dislexia, pero por lo que he leído, diría que Jenn manejó este tema de manera perfecta y respetuosa.
No voy a decir nada más porque, sinceramente, sólo hace falta leerlo.
Gran historia llena de grandes personajes en un entorno magnífico, ¿quién puede pedir más?
